Nos alojamos en el hostal Balmers, un sitio de jóvenes mochileros con discoteca a tope por las noches. Muy bien de precio.
Como curiosidad decir que hay una mayoría de estadounidenses en Interlaken, ya sea de visita o viviendo allí, es la nacionalidad sin duda que más abundaba.
Al día siguiente, debido al mal tiempo, no pudimos hacer la subida en tren a la estación más alta de Europa en el pico Jungfrau, pues no se veía nada y lo más impresionante en ese viaje son las vistas. Así que fuimos a visitar Berna, la capital suiza con un casco antiguo precioso que es Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO:
Por la tarde volvimos a Interlaken a hacer la actividad que sin duda fue la más emocionante y loca del viaje, el Bungie Jumping:Al día siguiente, al hacer de nuevo mal tiempo y truncarse el viaje en tren a Jungfrau, decidimos volver a Ginebra, no sin antes para en Lausanne y hacer una visitilla al museo del Comité Olímpico Internacional, ya que ahí tiene su sede.
El último día y aprovechando la salida tardía del avión, hice una visita guiada en Ginebra al Palacio de las Naciones, lugar de reuniones de la ONU, que tiene ahí una de sus sedes:
Así terminó un viaje muy completo y recomendable. Eso sí, hay que contar con que los gastos de todas las actividades y la vida en Suiza son altos, pero merece la pena...
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